A la Virgen de los Reyes le decimos “Nuestra” Madre Amada. Al decir "nuestra", decimos que nosotros somos hermanos, pues tenemos la misma Madre.

Piense cada uno, como hijo de María, junto con otros hermanos, ¿estaré yo dando a Nuestra Madre Amada motivos de tristeza?

¿Se sentirá la Virgen con nosotros como aquella madre que veía a sus hijos enfrentados?

Las Palabras de la segunda lectura nos vienen bien a todos. Les invito a escucharlas pronunciadas por los labios de María.

En mis palabras de hoy, quiero poner ante vosotros los sentimientos y preocupaciones de un obispo que se siente padre y responsable de sus hermanos en la fe.

Aunque en algún momento me exprese con cierta vehemencia, no quiero que mis palabras se entiendan como una reprimenda o acusación hacia ninguna persona o grupo.

No estoy enfadado, sino dolorido y lo que quiero decir es un desahogo del corazón.

Ahora bien. Si en mis palabras alguien se siente aludido, no es ninguna indirecta, está dicho con toda intención y es bueno que se lo piense en su corazón y lo reflexione.

Cuando oímos algo que interiormente nos hace “tilín” o nos produce incomodidad, ante de echar balones fuera, conviene reflexionar. Porque eso que te llega al alma, no es que lo diga el obispo, sino que a través de mis palabras es el Señor quien nos quiere decir algo. Y ante la palabra que viene de Dios no cabe otra actitud creyente que la de María: “hágase en mí tu voluntad”.

PRIMERA LECTURA: recoge el relato del traslado del Arca de la Alianza en la que se contenía “la ley del Señor”= la Palabra de Dios para el pueblo.

El Arca es un signo y un medio que tenían los israelitas para su relación con Dios.

Ellos veneraban esa palabra y la llevan en procesión festivamente.

Nosotros aquí en El Hierro veneramos a la que es el Arca de la Nueva Alianza, porque de su seno nació Cristo, el Hijo de Dios.

Nosotros también veneramos esta Arca, que es la Virgen María de los Reyes. Ella es un medio para vivir nuestra fe y nuestra relación con Dios y, también, nosotros la llevamos en procesión festivamente.

Igual que para los israelitas el centro de su fe era lo que iba dentro del Arca, así para los cristianos el centro de nuestra fe en aquel que por obra del Espíritu Santo se encarnó en la Virgen María y se hizo hombre: Jesucristo, nuestro Señor.

El centro de la fe cristiana y de la Iglesia es Cristo. El niño que María nos muestra en su brazo es quien a ella la hace grande. A ella la veneramos y llamamos bienaventurada porque es la Madre del Señor.

La Biblia: “El libro que nos lee”.

¿COMO REACCIONARON LAS GENTES DE SU TIEMPO ANTE JESÚS Y SU MENSAJE? Encontramos 4 tipos de respuesta:

ADMIRADORES: Se entusiasman con sus palabras, y sobre todo con sus milagros… lo aplauden muchas veces, pero también cuando les habla claro y hace cosas que no les gusta lo critican y lo abandonan.

PARTIDARIOS: Saben que Jesús tiene razón, pero no se mojan, comparten sus ideas, pero no le siguen, a veces, por interés: “creyeron en él, pero no lo hicieron público para no quedar mal ante la gente, porque prefirieron el aplauso de los hombres a la gloria de Dios.

DETRACTORES: No aceptar a Jesús ni su mensaje. Le ponen zancadillas y lo acusan falsamente de muchas cosas; acusaciones que lo llevarán a la muerte.

SEGUIDORES: Son aquellos que admiraron a Jesús y se hicieron partidarios suyos. Además fueron sus discípulos, aprendieron de Él, se unieron a Él, se hicieron sus amigos y procuraban seguir su enseñanza. Estos discípulos tuvieron que aprender poco a poco a “pensar”, “sentir” y “actuar” como Jesús. Como nos pasa a nosotros, eran capaces de los mejor y también de cometer muchos errores.

De estos cuatro grupos:
¿En qué grupo colocamos a María, la Madre del Señor?
Sin duda Ella es del círculo más próximo a Jesús, no sólo por ser su Madre, sino por ser su primera y más fiel discípula y seguidora.

EN EL MOMENTO TRÁGICO DE LA PASIÓN Y MUERTE DE JESÚS ¿QUE PAPEL DESEMPEÑARON CADA UNO DE ESTOS GRUPOS DE PERSONAS?
Sin duda cada uno se retrató:
Los admiradores acaban diciendo “crucifícalo” y asisten al “espectáculo”.
Los detractores lo acusan en falso y lo juzgan hasta condenarlo.
Los partidarios aparecieron para enterrarlo.
De los discípulos y seguidores, la mayoría asustados, unos huyeron, otros se quedaron a distancia…
Y su Madre, María, la primera discípula ¿dónde estaba?
Lo hemos escuchado en la lectura del Evangelio: “al pie de la cruz, estaba la Madre”.
Estaba sufriendo por lo que hacían a su Hijo y uniéndose a su dolor. Estaba sufriendo por el menosprecio de la gente, por el abandono de los discípulos y por la crueldad de los verdugos. Sufre por la debilidad de las personas que se dejan arrastrar por el mal y hacen daño a un inocente.
María al pie de la cruz, es la imagen que representamos como “la Dolorosa”. Y no debemos olvidar que ese dolor de María se sigue produciendo hoy, porque en todo el mundo sus hijos se maltratan entre si.
Por mucho que nos duela a todos, no puedo dejar de decir que en esta Bajada de la Virgen de los Reyes, Nuestra Madre Amada, es la Madre dolorosa.
Sí. Nuestra Madre Amada sufre al pie de la cruz de sus hijos herreños que tienen que soportar la enfermedad, la pérdida de un ser querido, la pobreza o cualquier otra dificultad en la vida.
Pero, además, en esta bajada, nuestra MADRE la Virgen de los Reyes, sufre también porque sus hijos herreños –con ocasión de una fiesta en su honor- ¡qué paradoja! ¡En su honor!- se enfrentan entre sí, se hacen daño mutuamente, no se respetan, se insultan y menosprecian.
Fíjense bien en sus ojos y verán como le caen las lágrimas. Sí, lágrimas -invisibles pero reales-, por el sufrimiento de sus hijos herreños que están siendo víctimas inocentes en esa cloaca y estercolero mediático en que se convierten las redes sociales en manos de algunos.
Llora nuestra madre Amada por la tristeza de sus hijos más devotos, que están tristes por no poder hacer una verdadera fiesta en su honor…
Sí, mis queridos hermanos, fíjense bien: está llorando nuestra Madre Amada. ¿Qué vamos a hacer para consolarla y que pueda ser verdad los que cantamos en el himno: "y reina siempre triunfante en Cristo en nuestra isla noble y leal"?
Si nos fijamos en nuestra bajada de la Virgen y en las características de nuestra devoción a María, también aquí encontramos distintos posicionamientos:

Hay quienes ven la Bajada con admiración, como algo único, espectacular. Disfrutan con lo que ven y se lo pasan bien, pero no pasan de ahí. Su relación con la devoción a la Virgen es secundaria, o incluso nula.
La Bajada también tiene partidarios. Son los que la ven como una cosa buena para la isla, una tradición hermosa que no se debe perder y que económicamente es rentable. Pero se sitúan fuera del compromiso personal y de la vivencia religiosa. Su vida personal no queda implicada. Los partidarios se meten en la Bajada, pero la Bajada no se mete en ellos.
Y la Bajada tiene seguidores, es decir, aquellos que ponen en práctica los que dice el himno a la Virgen de los Reyes: "recibe Madre nuestro cariño que solo a ti queremos servir”.

Nosotros para esta Bajada hemos escogido el lema "siguiendo las huellas de María". Es decir, no queremos contentarnos con ser admiradores y partidarios de la Bajada, queremos ser "ser seguidores de los pasos de María", queremos ser como Ella, discípulos y seguidores de su Hijo, nuestro Señor Jesucristo.

¿Dónde nos situamos cada uno, o dónde queremos situarnos?
Es bueno que sepamos situarnos y situar a quienes entran en contacto con la Bajada en alguna de estas u otras posiciones, porque así, podremos comprender muchas de las cosas que pasan.
Cuando no todos estamos a lo mismo o con la misma intención, es lógico que surjan diferencias.
Es evidente que lo deseable es que todos seamos seguidores, porque ese es el sentido del Voto que dio origen a la Bajada: "hacerla con el mayor culto y veneración" y esto, evidentemente, implica la vivencia personal y que el verdadero culto no se quede sólo en el "viva la Virgen", sino que vaya acompañado por la imitación de la virtudes de María.
Cuando nuestros antepasados hicieron el voto, aquí mismo en esta iglesia de la Concepción de VALVERDE, dejaron claro que "no se entienda que lo que ahora se ofrece ha de ser por intereses personales, sino para mayor honra y gloria de Dios nuestro Señor y de su Santísima Madre"

Este es el ideal que debemos llevar a cabo: no hacer la Bajada por intereses personales. ¿Estamos todos en esta dirección? ¿Estamos todos por la labor o utilizamos la bajada para intereses personales o de grupo?

Mis queridos hermanos, servirnos de la Virgen y su Bajada para nuestros intereses personales es una perversión. Es a Ella a la queremos servir y ofrecer el mayor culto y veneración.

Por eso, permitidme que recuerde algunos criterios fundamentales para un buen desarrollo de la Bajada en orden a conseguir el cumplimiento del voto:

La Bajada es un acontecimiento esencialmente religioso y de religión católica: el culto a la Virgen María forma parte de la fe católica, el voto lo hicieron los católicos en un templo católico y lo ratifico un obispo católico. Sin discusión posible: La Bajada es un acto de la Iglesia Católica.
Todos los demás actos culturales, deportivos, lúdicos, etc. que se realicen con motivo de la Bajada, han de ser en honor de la Virgen y en ningún caso pueden deshonrarla.
¿Quién es la autoridad de la Bajada propiamente dicha? Sin duda la Virgen María y el voto que tenemos con ella. La persona de María determina y condiciona todo lo que es y lo que hacemos en la Bajada.
Al servicio de la Virgen y para el cumplimiento fiel del voto, la autoridad visible y concreta es el obispo, que para este cometido tiene un organismo que es la Fundación Virgen de los Reyes y la Comisión Mixta, que actúa como organismo gestor de la Bajada.
Puesto que es un acto de la Iglesia Católica, es la Iglesia la que aprueba cuándo y cómo se realiza la Bajada, que estrictamente es una procesión desde La Dehesa a VALVERDE, presidida por un sacerdote y que se organiza conforme a las características del acto, teniendo en cuenta las buenas costumbres arraigadas y otros actos que sea oportuno introducir. Una vez que la Virgen está en la Villa de Valverde, se realiza la novena y la fiesta real.
En base a esto, se organizan los actos específicos que todos conocemos. La Fundación Virgen de los Reyes, es la encargada de planificar los actos a realizar. Todo ello en diálogo y coordinación con las instituciones y grupos que participan, para garantizar el orden necesario.
En la práctica, aunque todo esté bien organizado, siempre surgen imprevistos de diverso signo. Unos son circunstanciales y otros debidos al comportamiento de las personas y a la falta de respeto a las normas establecidas.
Hay algo que algunos parece que no quieren entender: la Bajada es una procesión que funciona de la manera establecida. Si usted quiere participar, debe atenerse a lo que está programado. Nadie le obliga a participar ni nadie se lo prohíbe. Pero si usted no cumple con las reglas, se está excluyendo a sí mismo. Si no le gusta las reglas, no venga a la procesión porque si viene y no las cumple, su desobediencia tiene consecuencias. Esto es lo que ha sucedido en la Bajada de este año. Hay quienes no han respetado lo establecido, se ha generado un desorden y eso ha tenido consecuencias, a nivel eclesiástico y a nivel civil. Si esto es imposible realizarlo así, entonces lo mejor es que no haya procesión.
Llegado a este punto, tengo que felicitar y agradecer el trabajo constante y sacrificado de la Fundación Virgen de los Reyes y de la Comisión Mixta. Particularmente, reconocer y agradecer el trabajo de los sacerdotes, especialmente del arcipreste D. Javier, así como el trabajo de los mayordomos y las camareras de la Virgen, sin olvidar otros colaboradores especialmente comprometidos con la Bajada, como todos han podido comprobar. En todo momento, han cumplido con su deber, han hecho lo que se debía hacer, aún a costa de sufrir incomprensión y menosprecio. Sepan ustedes que, como obispo, he sido puntualmente informado sobre los asuntos más importantes y que he aprobado y autorizado las decisiones tomadas.
Asimismo, quiero felicitar y agradecer a los grupos de bailarines su participación en la Bajada y en lo que queda hasta la Subida. Su trabajo y preparación es digno de encomio. No quiero que las correcciones que les hemos hecho las interpreten como un desprecio a sus personas y a su trabajo. Ojalá que la experiencia vivida estos días nos haga mejores personas. Creo que todos cometemos errores, yo el primero, y el reconocer nuestros errores lejos de ser una humillación es algo que nos engrandece.
Soy consciente que ninguna decisión puede contentar a todos. Todos hemos sufrido y estamos sufriendo con lo que ha pasado, que deseamos y esperamos no se repita. Si alguno se le ocurre decir "hemos ganado", habría que echarle un cubo de agua fría por encima para que despierte y se dé cuenta que esto, no es una competición y de que aquí estamos perdiendo todos. Se está perdiendo la verdadera devoción a la Virgen, pues la atención se centra en otras cosas, se está perdiendo la calidad de la vida cristiana, se está perdiendo el verdadero sentido de la Bajada, están perdiendo prestigio los grupos de bailarines, se está perdiendo el respecto a las personas... está perdiendo la isla entera de El Hierro.
Llevamos decenios con los mismos problemas. Se hacen reuniones, se dialoga, se toman acuerdos y cuando llega el momento de ponerlos en práctica, no se respetan y se generan los conflictos. Las relaciones humanas se basan en la palabra dada y en la confianza de que se va a cumplir. Sin estas dos cosas, es imposible la relación entre personas. No se puede aprobar una cosa por mayoría y luego como yo voté que no, no me someto a la mayoría y hago lo que quiero. ¿Qué democracia es esa? Algo tendremos que hacer. No podemos seguir repitiendo los mismos errores de siempre.
Cuando en el futuro se lea la crónica de esta Bajada, ¿qué dirán de nosotros? Es más, ¿habrá Bajada en el futuro? Digo, ¿habrá verdadera bajada en el futuro? ¿O lo que irá quedando será la repetición de unas costumbres religiosas, realizadas por personas que no sienten la fe y la devoción a la Virgen de los Reyes? ¿O tal vez, en el futuro solo quedará el recuerdo de algo que hacían nuestros antepasados?
De nosotros depende que el verdadero espíritu de la Bajada se conserve en su autenticidad y se transmita a las futuras generaciones.
Eso, hasta ahora, ha sido posible gracias al amor constante, entrañable y profundo de miles de herreños a nuestra Madre Amada, la Virgen de los Reyes. Ellos, han sido y siguen siendo, los que han encarnado en sus vidas el espíritu de la Bajada. A todos ellos le quiero agradecer su fidelidad y testimonio que son un ejemplo para todos.
Para concluir este largo discurso, les invito a cerrar los ojos e imaginar a nuestros antepasados aquí, en esta iglesia donde ahora estamos, hace 276 años. Vecinos, representantes de toda la isla, sacerdotes y autoridades, como estamos hoy aquí, en el año 1741, hicieron el VOTO que dio origen a la Bajada. Vamos a renovarlo en nuestro interior y a expresar a nuestra Madre Amada de los Reyes, nuestro compromiso de seguir cumpliendo aquel Voto, no por intereses personales, sino para mayor honra y gloria de Dios nuestro Señor y de su Santísima Madre" y que los haremos siempre "con el mayor culto y veneración". Que así sea.

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