“Nuestro principal papel es custodiar la Virgen, su integridad, pero también que se le trate con respeto” afirma Mérida, “por ejemplo, cuando se carga hay que mostrar ese respeto, descubrirse y comportarse”. “A nadie se le prohíbe cargar la Virgen, vienes lo pides, se organiza y se te indica donde puedes hacerlo”.
Sobre este procedimiento Mérida quiere dejar claro que en ocasiones no es que no se deje cargar, sino que el camino no es adecuado en ese instante para la persona que lo solicita, “hay lugares difíciles en que deben ser gente fuerte “ afirma.
Este es un punto en el que Eladio muestra especial interés en que las cosas queden claras, que la gente conozca los motivos, “si el camino es en bajada, los altos cargan delante, y los bajos atrás, y al revés cuando es en subida, mira, (interpela) hay que llevar la imagen nivelada, por lo que se trata en todo momento que la gente sea pareja”.
Los mayordomos de la Virgen son propuestos por los párrocos de las diferentes Zonas Parroquiales de la isla y finalmente escogidos por éstos. Su permanencia en el cargo no tiene delimitación temporal y está principalmente basada en la relación de estos con los párrocos, en su afinidad y entendimiento entre personas que desarrollan trabajos paralelos, pero interconectados.
Durante los días que la Patrona estará en la Iglesia de la Concepción el ritmo de trabajo es más sosegado, sobretodo en lo que se refiere al esfuerzo físico, la imagen no se mueve del Altar Mayor, y por lo tanto no hay desplazamientos, que siempre son a pie. “Ayudamos a las camareras que van cambiando los trajes de la Virgen, sobre todo a la hora de situarla en el Trono” explica Mérida, “ahora la vamos a pasar al Trono del Cabildo y se le pondrá el traje azul para la Fiesta Real”.
La Patrona de El Hierro se traslada utilizando diferente mobiliario dependiendo del lugar y recorrido a efectuar.
El más conocido es el Corso, un mueble de madera cerrado, se ha llegado a utilizar de metacrilato, con un ventanal en el frente para ver la imagen, con cuatro andas y coronado con la bandera de la Virgen, su función es proteger a la Patrona de agentes externos como el sol o el polvo del camino. El Corso se utiliza en los traslados de campo, como en sus salidas en La Dehesa, los días de Bajada y Subida, o entre los pueblos.
En los recorridos urbanos la imagen se traslada en andas descubiertas o en el caso de Valverde para la Fiesta Real lo hace en El Trono que no necesita de porteadores.
Tanto en un caso, como en el otro, los encargados de situar la imagen, y de supervisar que todo se realice correctamente, son los mayordomos, “antes de que la imagen salga hay que prepararla, vestirla y anclarla en el Corso” ( en las andas o Trono) explica Mérida, que en estos días trata de ganarle horas al día para combinar su trabajo como constructor, con su obligaciones como Mayordomo.
Cuando se habla del futuro, de las próximas semanas, Eladio, no puede evitar sonreír, sabedor de que la parte más dura de su trabajo está por llegar, los traslados a los pueblos y las fiestas de estos. Una mezcla de sentimientos como los que se experimenta en con la llegada de la Patrona a Valverde o a La Dehesa.
“Al sentar la Virgen en la iglesia (Valverde, Día de La Bajada) recuerdas todo lo vivido en el camino, lo bueno, lo malo, donde fallaste, son muchas cosas de golpe” comenta Mérida, unas sensaciones similares para La Subida, “la satisfacción por haber realizado el trabajo encomendado, la alegría de haber cumplido, pero la tristeza de terminar”.
Los herreños, y los que nos visitan estos, sentimos algo especial cuando en la lejanía se escucha el toque y se divisa la bandera de la Virgen sobre el Corso, ese sentir se torna aun más intenso cuando se espera para acompañar a la Madre Amada en su camino a Valverde, o cuando llega a nuestro pueblo.
La Patrona nunca camina sola, nunca va en silencio, siempre con la alegría de la música, el brío del bailarín, siempre con un patrón abriendo camino, siempre con los herreños a su vera.
Por el Camino cambia la bandera, el patrón, se turnan los bailarines, el pito que manda, el que carga; y los Mayordomos, siempre al pie de la Virgen.
